El pasado miércoles en la mañana visité en el distrito de Nowa Huta el estudio del pintor Lech Wolski, que muy amablemente me mostró parte de su obra, cuadros de diferentes momentos de su vida, incluso de su etapa inicial, que describen un universo personal lleno de sentimiento y de percepciones del paisaje que van más allá de una mera imagen, sus obras hablan de momentos prolongados en el tiempo y la memoria, de una experiencia multisensorial con el lugar que permanece de una manera rotunda en su mente y que a posteriori él plasma en el lienzo, pues Lech a veces trabaja pintando del natural pero también trabaja mucho con su memoria, con el hecho de cómo él recuerda la luz y los colores de los sitios que ha visitado a lo largo de su vida, o cómo recuerda rostros, tiene recuerdos muy precisos, experiencias muy concretas y una capacidad de percepción asombrosa que se deja entrever en todos los aspectos formales de su obra. Estoy realmente encantada de haberlo conocido y poder aprender de su experiencia con la pintura.