Hoy ha sido la primera vez que he tenido la suerte de pasar el Día de Todos los Santos en Polonia y ver el modo tan especial en que lo celebran. Al igual que en España este día se acude al cementerio con flores y velas a nuestros difuntos, pero con la particularidad de que aquí es una fecha bastante más señalada hablando de manera general y por tanto la obligación de estar este día junto a la familia es mucho mayor, de ir todos juntos al cementerio y llevar las flores y velas pero en una cantidad bastante mayor que lo que estamos acostumbrados a ver.
Decidí estar sobre las 3 de la tarde en el Cementerio Rakowicki para ver allí anochecer y contemplar el ambiente. Rakowicki es un cementerio enorme de Cracovia, uno de los más conocidos en Polonia, en él están las tumbas de reconocidas personas que han jugado un papel importante en la historia de Polonia, a mí como me va el arte, me he fijado por ejemplo en las tumbas de Tadeusz Kantor y Jan Matejko, igualmente hay diversos monumentos, entre ellos a las víctimas de la II Guerra Mundial y del Holocausto Nazi.
Debo decir que me ha dejado absolutamente impresionada en todos los sentidos esta manera de celebración, el ambiente festivo y los días que lo han precedido, absolutamente todo el mundo en el cementerio, las familias juntas y especialmente el espectáculo visual que era realmente envolvente, lleno de luces y colores de los farolillos de las velas y las flores, así como el olor a cera quemada y las hojas de los árboles cayendo suavemente sobre las tumbas, pues estamos en el dorado otoño polaco, lo cual aporta también un toque bastante místico, en general todo conformaba una escena que me ha sumergido en una sensación completamente nueva y sobrecogedora, había una atmósfera que yo nunca antes había vivido.
La verdad es que debido a mi “pobre cámara” las fotos que he captado no describen totalmente la experiencia pero os servirán para tener una idea del aspecto de esta fiesta. (mañana las subiré a continuación de esta entrada...)
