sábado, 17 de enero de 2015

¡por fin!



 

Por fin estreno post en 2015.

En 2015 voy a pintar el 2 de enero a mi estudio, y el 3, el 4, el 5… En 2015, en Enero en Cracovia hace sol, llueve, nieva y todos estos cambios me hacen pensar en que el año empieza con una especie de invierno que imita una primavera loca, eso me da vida y me activa. Cada día una sorpresa meteorológica diferente.

Termino un cuadro, empiezo otro, desempaqueto mis viejos óleos llegados desde mi pueblo manchego, ¿tiro por aquí o por allá?... no sé, en 2015 mejor pinta lo que te dé la gana y punto. 

Cerca de mi casa me abrazo en Aleja a un bastidor de 90x120 cm. que me ha costado encontrar. Lo tengo que sujetar bien fuerte porque los coches pasan volando. Mientras espero ante el paso de cebra toco el bastidor y suena parecido a una especie de pandero marroquí que tiene mi amigo en su casa. Lo puedo tocar y corroborar porque no hay en toda Cracovia un semáforo que tarde más en ponerse en verde, tomo mi tiempo para acariciar el bastidor y dar toquecitos, emitiendo una música tímida que se lleva el ruido del tráfico por cinco o seis carriles. 

En enero de 2015, me acuesto temprano y el día es largo, es una yincana más agradable que en los meses atrás. Enero pasa despacio, saboreo los detalles y planeo los días, me cunden, compro una agenda de 2015 en el mercado de la verdura a unos señores que se empeñan en que sea ucraniana, por mi acento, dicen y se ríen… en la agenda pego un corazón amarillo. Empieza el año, los planes, los proyectos, otro año más en esta ciudad.