Recientemente estuve en Kraków de visita y una de las mañanas mientras andaba por el centro hice de una manera muy rápida y espontánea esta serie de retratos mientras daba un paseo dirigiéndome desde el Rynek hasta la calle Florianska.
Fue bastante especial la experiencia ya que tuvo algo de indescriptible, me gustó ir con la cámara y un filtro chapucero de plástico fino amarillo entre la marea continua de transeúntes tan específicos que aparecían ante el objetivo en el momento exacto en el que iba disparando sin detener el paso, se trató más que nada de una experiencia de encuentro con la gente, con la ciudad, con la llegada de la primavera... con un flujo dinámico de sorpresas.